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Sor Faustina Rodríguez

    Embajadora, Aquí Nos Cuidamos

    Participante, Laboratorio de Ciencia Comunitaria (CienciaCoLab)

    Para Sor Faustina Rodríguez, su desarrollo como lideresa comunitaria comenzó en la iglesia. Sin embargo, su llamado a la vocación religiosa se dio tarde en su vida, cuando ya era adulta.Nacida en Humacao, Puerto Rico y criada en el barrio Aguacate de Yabucoa, desde pequeña fue una estudiante destacada. En la escuela superior perteneció a la Asociación de Futuros Líderes de América. En la universidad, completó un bachillerato en contabilidad y recursos humanos. 

    Su entrada a la vida religiosa

    “A los 18 años entré a formar parte de un grupo de catequesis de adultos y luego cuando terminé de realizar mis sacramentos, me quedé allí ayudando. Tuve la experiencia de visitar cárceles, de dar charlas”, cuenta Sor Faustina. Como parte de sus labores voluntarias ayudaba a las Hermanas Dominicas de Fátima, haciendo compras en el supermercado o las tiendas. Durante esa etapa, muchas personas se le acercaban para preguntarle si no había pensado ser religiosa. “¿Por qué todo el mundo piensa que por yo ir a la iglesia voy a ser religiosa?”, se cuestionaba. 

    Sor Faustina dice que tuvo señales, como este pasaje de Jeremías 1:5 que la impactó mucho: “Antes de que nacieras, ya te había elegido para que fueras un profeta para las naciones”.  Sentía una preocupación de ayudar a los necesitados, hasta pensar múltiples veces “haz algo, haz algo por los otros”. 

    Con la ayuda de un director espiritual y la congregación de las Hermanas Dominicas de Fátima, en el 2014 hizo un aspirantado interno, un proceso de discernimiento para ver si su llamado era la vida religiosa. “Yo me di la oportunidad para demostrarle a todo el mundo que yo no estaba llamada a ser religiosa, y pues en ese proceso descubrí lo contrario”, rememora.
    Durante ese periodo, Sor Faustina pasó la mayor parte de su tiempo en el convento observando a las hermanas y tomando diferentes cursos. Luego de dos años, comenzó el noviciado, proceso en donde a cada aspirante la envían a una misión. En el caso de Sor Faustina, su misión fue en Palestine, Texas. Allí trabajó con inmigrantes. 

    “Además de ayudar en los temas de fe, también dábamos orientación de su proceso migratorio, les acompañábamos espiritual y emocionalmente en el proceso de adaptación que pasamos los latinoamericanos cuando entramos a Estados Unidos. No es fácil porque están en un mundo donde se tienen que abrir a otra cultura, un nuevo idioma, un proceso difícil. Así que ahí fui relacionándome con el dolor humano. Ante el dolor humano siempre nosotras [las Hermanas] pensamos, ¿qué más podemos hacer?”, explica.

    Una vez terminada su misión en Texas, Sor Faustina regresó a Sabana Grande, Puerto Rico. Pasó tres años allí, en donde apoyó durante y después del huracán María. En esos años, también trabajó con distintos institutos que las Hermanas Dominicas de Fátima lideran como parte de su carisma (gracia o don en beneficio a la comunidad). “Nuestro carisma es trabajo religioso-social. Hacemos algo muy parecido a los trabajadores sociales con la diferencia que tenemos el aspecto espiritual integrado, y nuestro carisma busca el desarrollo integral de ese ser humano”, detalla Sor Faustina 

    Asumiendo una nueva dirección

    Luego de los terremotos que afectaron al sur de Puerto Rico en enero de 2020, Sor Faustina y las Hermanas Dominicas de Fátima perdieron su Casa Madre en Guánica. “Tuvimos un momento bien difícil al tener que sacar a nuestras hermanas mayores y enfermas de lo que siempre fue nuestro hogar hacia otro nuevo rumbo”. Ese incidente hizo que Sor Faustina fuese reubicada al Centro de Servicios en las comunidades Ferrán y Punta Diamante en Ponce. Unos meses después comenzó la pandemia. “Se unió la pandemia con los terremotos y estuvimos ayudando a repartir ropa, cajas de alimentos, y en el proceso uno va viendo la necesidad del otro y fuimos dando ideas, buscando fondos para ayudar al prójimo. Vimos la necesidad de los niños”. 

    Reconociendo la necesidad de llevar información confiable y segura relacionada a la pandemia para su comunidad, Sor Faustina solicitó al programa Embajadores Comunitarios del proyecto Aquí Nos Cuidamos de Ciencia Puerto Rico. “Para mi sorpresa, fui escogida y esto vino a la misma vez que una colaboración con la Escuela de Medicina de Ponce”, recuerda. Gracias a estas colaboraciones, Sor Faustina y las hermanas recibieron orientación sobre las vacunas contra COVID-19 y las pruebas de detección.

    Como parte de su proyecto de embajadora de Aquí Nos Cuidamos, Sor Faustina y su equipo repartieron mascarillas, desinfectantes, e información sobre las vacunas en una panadería en la comunidad. Principalmente, compartieron documentos sobre los ingredientes de las vacunas porque habían encontrado resistencia a la vacunación debido a percepciones erróneas. 

    “En las redes sociales ha sido muy fuerte batallar. Yo siempre doy la información y la fuente que ustedes [Aquí Nos Cuidamos] y la Escuela de Medicina [de Ponce] nos han dado. Porque yo he notado que cuando uno le dice que los expertos dicen, según mi experiencia, las personas empiezan a calmarse, a razonar, argumentar a ver que es algo contrario a lo que están diciendo”, asevera.

    Sor Faustina pasó a ser la directora del Centro Ferrán y Punta Diamante en agosto de 2020. En ese rol supervisa los servicios del centro, que incluyen el trabajo social, religioso, y psicológico, tutorías, artes manuales, y educación sobre temas de salud, entre muchos otros. Resalta la importancia de los líderes y lideresas comunitarias ya que “a veces el gobierno quiere hacer el esfuerzo y no busca a los líderes. Nosotros somos los que estamos en la comunidad. Sabemos lo que hay, sabemos las necesidades y somos la clave para ayudar”.  

    Por esta razón, Sor Faustina agradece el encuentro y la experiencia a través del programa de Aquí Nos Cuidamos. “Me ha ayudado a mi a seguir educándome. [A ver] la importancia de educarme en todas las ramas de los diferentes tipos de ciencia,  salud mental, de leyes, biológicos, hasta lo espiritual”.

    Empatía y ciencia para educar al corazón 

    Además de ser embajadora de Aquí Nos Cuidamos, Sor Faustina forma parte del primer grupo de participantes del Laboratorio de Ciencia Comunitaria (Ciencia CoLab) de Ciencia Puerto Rico (CienciaPR). Mediante este espacio, Sor Faustina ideó su proyecto “Educando el Corazón: Acciones Comunitarias para Prevenir la Hipertensión”. 

    La hipertensión es una de las principales causas de muerte en Puerto Rico y está asociada con enfermedades crónicas comunes en el país. Según una evaluación comunitaria realizada por Sor Faustina, más del 50% de las familias en las comunidades a las que presta servicios en Ponce tienen al menos una persona con hipertensión en su hogar. Ante estas realidades, “Educando al corazón” promueve la prevención y el manejo de la hipertensión a través de diversas actividades, como conferencias, materiales educativos, talleres, visitas domiciliarias, caminatas comunitarias, y la distribución de alimentos saludables y máquinas para monitorear la presión arterial en el hogar, entre otros. 

    Sor Faustina afirma que la ciencia y la religión “van de la mano. No están contrapuestas y queda demostrado con [la labor de] este Centro de Servicios Ferrán y Punta Diamante, donde ofrecemos servicios gratuitos de desarrollo integral humano”.  Para ella la ciencia tiene un rol importante en todo esto y aspira a continuar educando de distintas formas ya sea mediante charlas, talleres o visitando las comunidades para “impactar las calles. En los pequeños grupos la gente se motiva, abre el corazón, escucha mejor y convoca a otros”.

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