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Jessica Galletti Díaz

    Embajadora, Aquí Nos Cuidamos

    Jessica Galletti Díaz, natural de San Juan, es trabajadora social de profesión. Cerca de 2009, comenzó a trabajar en proyectos federales de tutoría con compañías como Camera Mundi y una fundación comunitaria en Santurce. Estas experiencias la llevaron a colaborar con líderes comunitarios y conocer los Centros de Salud Primaria 330, que ofrecen servicios de salud para personas sin plan médico o que no pueden sufragar ese tipo de gastos. Jessica cuenta que esa experiencia le brindó una oportunidad para “hacer algo totalmente diferente, a hacer un trabajo en la calle, inmersa en una comunidad con mucha necesidad”

    Una de las áreas en donde Jessica ofrece sus servicios es la comunidad de Barrio Obrero. En este barrio de Santurce se concentra una de las mayores poblaciones de dominicanos en Puerto Rico. Está en una zona que se inunda frecuentemente con aguas contaminadas del Caño Martín Peña. Según Jessica, el 31% de la población que vive en Barrio Obrero presenta problemas estomacales y el 44.5% de los menores de 5 años tienen síntomas de asma o enfermedades de la piel. 

    Debido a las inundaciones y la acumulación de agua en el área, los residentes experimentan brotes de enfermedades transmitidas por mosquitos frecuentemente. Además, la mayoría de las viviendas tienen daños permanentes de infraestructura, y han experimentado la pérdida de muebles, enseres, y alimentos, entre otros. Aunque el lugar es víctima de la negligencia gubernamental e institucional, gracias a líderes como Jessica, la comunidad se ha empoderado y gestionan por sus derechos. 

    Promoviendo el bienestar comunitario

    Hoy día Jessica trabaja con HealthProMed, una clínica que pertenece a la red de Centros 330. Desde ese rol, colabora con líderes y lideresas comunitarias, especialmente los de las ocho comunidades aledañas al Caño Martín Peña, conocidas como G8, para coordinar ferias de salud, ofrecer servicios de nutrición, salud conductual, vacunación y talleres educativos para satisfacer las necesidades de la comunidad. 

    “Me convertí en un enlace para facilitar los servicios de salud y muchas otras necesidades, junto a los líderes de las comunidades como La Parada 27, Shanghai,  Playita, todas las comunidades que componen G8 y otras organizaciones como Península de Cantera”, comenta Jessica.

    Jessica también ha trabajado campañas para eliminar el mosquito que transmite el dengue y Zika, adiestrando a grupos en diferentes partes de la zona para identificar criaderos y confeccionar mosquiteros. Como parte del programa de salud escolar, en las escuelas Ramos Antonini y Federico Asenjo, les brinda servicios directos a los estudiantes y orientación a padres y madres. 

    Jessica se ha dedicado a enlazar con la comunidad a organizaciones externas tanto privadas, gubernamentales y sin fines de lucro para identificar servicios a pacientes que presentan necesidades específicas de salud. También ayuda a miembros de la comunidad que no tienen luz, enseres u otros artefactos necesarios para su bienestar mental y físico. Del mismo modo, apoya a los residentes en los procesos para solicitar los beneficios del Programa de Asistencia Nutricional (PAN), el plan médico del gobierno, y cualquier otro asunto que requiera coordinar citas o transportación. 

    Por otro lado, Jessica también colabora y apoya a la comunidad inmigrante siendo enlace con el Consulado Domunicano, Index y la Oficina del Inmigrante para facilitarles los servicios a personas con un estado migratorio irregular. Además, junto a dichas organizaciones, se asegura que esas personas reciban tratamientos para sus enfermedades, porque muchos con condiciones crónicas no van al médico ni a los hospitales por miedo. También, colabora con la población ex-confinada para lograr su integración a la comunidad, búsqueda de empleos y coordinación de citas para obtener servicios de salud, entre otros. 

    Acción ante las crisis

    Durante el huracán María, Jessica apoyó a los pacientes diabéticos que necesitaban insulina y no tenían nevera o no podían conseguir hielo para mantener el medicamento  a la temperatura necesaria. “Todos los días hacía el enlace con los líderes y recibía durante las mañanas la lista de los residentes con sus direcciones y la necesidad particular que tenían. Yo llevaba al médico a su hogar, los enfermeros, sus medicamentos y alimentos”, recuerda Galletti Díaz. 

    En 2020, Jessica se unió al programa de Embajadores Comunitarios del proyecto Aquí Nos Cuidamos de Ciencia Puerto Rico, para obtener información confiable sobre temas de COVID-19 y poder ofrecerles servicios directos de educación ante el momento de crisis a diferentes comunidades. Durante ese periodo, estuvo a cargo de la coordinación logística para la vacunación del personal del Departamento de Educación de la Región de San Juan, trabajando en colaboración con la Guardia Nacional. Llevó eventos vacunación a las escuelas de la región, junto a artículos de prevención y materiales educativos de la colección educativa de Aquí Nos Cuidamos. También apoyó en la coordinación para realizar pruebas de detección. 

    La ciencia y el liderazgo como herramientas en la gestión comunitaria

    Para Jessica, la ciencia es importante, porque una vez se entiende y expresa de una manera adecuada, surge la oportunidad de explicar los conceptos de una manera más eficaz. “Yo a veces me llevo hasta al doctor para que le explique a los padres en arroz y habichuelas todo sobre la vacunación”, comenta. Para ella es fundamental que la información se transmita a las personas de forma accesible para que al final sean ellos quienes decidan, pero basándose en la información correcta. En torno al rol de las lideresas y líderes comunitarios, Jessica dice que “[son las] personas más importantes que podemos tener en cada comunidad”. De acuerdo a ella, esos líderes y lideresas que se comprometen a trabajar por y para su comunidad apoyan a que el gobierno se de cuenta de las necesidades reales que las personas marginadas enfrentan día a día. También, menciona que los líderes y lideresas comunitarias merecen el mayor de los respetos porque su trabajo muchas veces es voluntario y de acuerdo a su experiencia. “Los líderes aprendemos a pedir para otros y  yo creo que es la labor más excelente que puede haber”.

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